El intestino segundo cerebro
- Director
- 22 jun 2019
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El cerebro recibe información de los 5 sentidos pero también del intestino. El sistema intestinal alberga muchas células del sistema inmunitario. Cuando enfermamos nos sentimos muy mal. Cuando tenemos hambres nos ponemos de mal genio, es una respuesta a una conducta emocional. Hay una relación íntima entre neuronas e intestino.
Las personas que padecen colon irritable, síndrome de crohn o síndrome inflamatorio del intestino tienen un riesgo de padecer depresión o el estrés. Cuando hay estrés, el cerebro le manda al intestino un mensaje - necesito energía extra y el intestino solidario reduce sus funciones-. Hay menos flujo de sangre en el intestino, también menos mucosa protectora cubriendo sus paredes, cuando la situación de estrés se mantiene todo el tiempo y se convierte en habitual. Esa barrera protectora se hace más fina y las bacterias se acercan a la pared del intestino
Las sustancias químicas que producen inflaman el intestino y también pueden pasar a la sangre y como el intestino y el cerebro están conectados lo puede hacer sentir más estresado.
Estudios dicen que la micro biota influencia nuestro estado de humor. Tenemos 23 mil genes humanos y más de 2millones de genes microbios, nos ayudan a adaptarnos a cambios en el entorno, convivimos con ellas durante millones de años. Pero en ella se infiltran aquellas que quieren desordenar el sistema y producen dolores abdominales, nauseas, diarreas etc.
La bacteria helicobacter pylori que provoca a las personas dolores de estómago una de las mascotas más viejas que tenemos en nuestro cuerpo no es tan mala como la pinta y ejerce una papel protector contra enfermedades autoinmunes.
La infección por mucho tiempo del estómago con este germen puede conducir a inflamación (llamada gastritis atrófica crónica) y cambios precancerosos del revestimiento interno del estómago. Las personas con cáncer de estómago tienen una tasa más alta de infección por H pylori que las personas que no tienen este cáncer. Es capaz de enseñar a nuestras defensas a ser más tolerante ante sustancias inocuas como el polen y el gluten, algunos H Pylori tienen genes distintos y pueden atacarnos. La OMS dice que hay que erradicarlos si tienen problemas, sino es mejor conservarlos.
Las miles de millones de bacterias que viven en el intestino y nos ayudan a digerir los alimentos y entrenan nuestro sistema inmunitario con prebióticos como espárragos, alcachofas, cebolla, centeno, avena. Los germinados son una excelente opción para re-establecer la flora intestinal, puede ver las entradas al respecto. Los enemas, es técnica para restituir la flora intestinal y eliminar patógenos que causan otras enfermedades, con esta técnica se desintoxica el organismo para dar paso a una limpieza mediante ayunos intermitentes.
Aunque hay pocos estudios de la influencia de la flora intestinal en las conductas y emociones, recientes estudios dejan en evidencia un desequilibrio en las bacterias del intestino afectan ante la repuesta ante el estrés.
Y como hemos dicho siempre, que el organismo es uno solo, no son partes aisladas que se pueden descomponer y reparar, todo funciona de una forma integral.
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